viernes, 2 de mayo de 2008

Marfiles y esencias




No es de extrañar que, teniendo en cuenta la importancia que tuvo Córdoba durante los siglos de dominación musulmana en la Península Ibérica, y a tenor del gran legado arquitectónico que supone la Mezquita Aljama de época califal, encontremos también otras manifestaciones artísticas de interés. En este sentido, el desarrollo de las llamadas artes suntuarias fue especialmente prolífico en el mundo hispanomusulmán. Afortunadamente, se conservan muchos ejemplares dentro y fuera del territorio español. Piezas de cerámica, bronce o marfil, que muestran, a pequeña escala, algunas de las constantes estéticas del apasionante universo del arte islámico. Así, la escritura cúfica y la decoración vegetal de ataurique constituirán los motivos decorativos más repetidos, tal y como ocurre en los edificios.

Una de las artes que más perfección alcanzó en la Península Ibérica, según vemos en las piezas conservadas, es la eboraria o trabajo en marfil. Además de cofres y arquetas, merecen un capítulo destacado los botes o píxides como el que podéis ver en la imagen superior. Se trata del llamado Bote de Zamora del Museo Arqueológico Nacional (Madrid). Data de mediados del siglo X y puede ser puesto en relación con otros similares como el Bote de Al-Mugira conservado en el Museo del Louvre. En ambos casos, y en otros como los del Bote de Braga o el conservado en la Hispanic Society of New York, estamos hablando de piezas de lujo pertenecientes a la Corte, y destinadas a guardar perfumes y esencias. En el caso que nos ocupa, el ejemplar procede de la ciudad palatina de Madinat al-Zahra. Fue realizado para la concubina del califa Al-Hakam II hacia el año 964 y nos muestra una decoración en la que se entremezclan los habituales motivos vegetales con figuras de pavos reales fuertemente estilizadas. No hace falta mucho más para darnos cuenta de que estamos ante una cultura, la cordobesa de época califal, culta y refinada, delicada y sensible.

Una muestra más del gran legado hispanomusulmán...

Podéis ver otros ejemplos de artes suntuarias de esta época pinchando aquí


3 comentarios:

Anónimo dijo...

Me encanta la sección de música que has puesto Gonzalo, ya eh puesto el emule (en mi caso a-mule) a trabajar jeje. A la gente se le suele olvidar que la música es una forma de arte, y probablemente sea porque hay mucha música por ahí que dudosamente se le puede llamar arte.

Un saludo Gonzalo!

Javi

Francisco-Javier García Bueso dijo...

Buenos días, veo que hoy no hemos coincidido en el tema; has elegido una pieza excepcional que fue hallada en la Catedral de Zamora a inicios del siglo XX por Dª Elena , esposa del historiador Manuel Gómez Moreno que lo adquirió entonces para la Estado. Debió reutilizarse como objeto sagrado. Una obra finísima.

Gracias por la entrada.

Gonzalo González dijo...

Estoy de acuerdo en lo que dices sobre la música, Javi. Ojalá todo el mundo pensara lo mismo.

Gracias por tu comentario, Francisco Javier.

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