miércoles, 30 de abril de 2008

Trabajadores



1º DE MAYO, DÍA DEL TRABAJO

Podría pensarse que algo tan habitual como es el mundo de los trabajadores, el quehacer del día día de millones de hombres y mujeres, tiene un papel importante en la Historia del Arte. Sin embargo, no fue hasta mediados del siglo XIX cuando el mundo de los trabajadores alcance un verdadero protagonismo en las representaciones plásticas. Hasta entonces, sólo encontramos obras aisladas, englobadas en la denominada "pintura de género", y consistentes en la mayor parte de los casos en escenas anecdóticas, a veces incluso caricaturescas, de la vida y costumbres de los más humildes. Dichas obras corresponden además a autores muy puntuales y en ningún momento representaron un género importante. La tradición quería que sólo fueran dignos de ser representados los grandes héroes (ya fueran reales o imaginarios) o los asuntos religiosos.

A finales del siglo XVIII, el mundo empieza a evolucionar. Los sucesos de la Francia revolucionaria y las circunstancias derivados de la Revolución Industrial introdujeron importantes cambios en las estructuras políticas, sociales y económicas europeas. A mediados del siglo XIX, el movimiento obrero empieza a organizarse. Recordemos que en 1848 es publicado el Manifiesto Comunista de Marx.

En esos años, el mundo del Arte empieza a interesarse por los asuntos más cercanos al pueblo. Un grupo de pintores, fundamentalmente franceses, empezaron a dejar constancia en sus obras de la vida de los trabajadores del campo y de la ciudad, incidiendo en sus problemas sociales, en sus carencias. Y ello lo hacen además con suma empatía. El trabajador es dignificado y pasa a ser motivo principal de los cuadros, convirtiéndose en un héroe moderno. Este grupo de pintores, que dan nombre al llamado Realismo (en tanto en cuanto reflejan la realidad de las cosas, no tanto desde un punto de vista técnico como temático), pusieron las bases para que, en movimientos posteriores, el hombre, y no el personaje, fuera el verdadero tema.

Una de las mejores obras del Realismo es El Ángelus de Jean-François Millet (1814-1875). El pintor recoge en este lienzo un momento aparentemente intrascendente protagonizado por dos personajes anónimos, lejos de la gran ciudad. Una pareja de campesinos realiza un descanso a media mañana para rezar el ángelus, antes de reincorporarse a sus tareas agrícolas. Los personajes aparecen en el centro del cuadro y adoptan actitudes de respeto ante el momento que están viviendo. Detrás de ellos se despliega un amplio horizonte que no es sino el campo que ellos mismos trabajan. La obra respira silencio, sensibilidad. Los personajes aparecen dignificados. Un nuevo tema y una nueva forma de abordarlo entra en la historia de la pintura gracias a los pintores realistas de la Francia de mediados del siglo XIX.

martes, 29 de abril de 2008

El aduanero




Aunque durante los últimos años del siglo XIX y los primeros del XX se sucedieron en Europa, y especialmente en París, numerosos movimientos artísticos de vanguardia sin solución de continuidad, hubo autores que, lejos de seguir las directrices del arte de su tiempo, optaron por caminos más personales, alejándose de ese modo de las tendencias más innovadoras.

Quizás sea el caso de Henri Rousseau (1844-1910) uno de los más singulares del arte contemporáneo. Estamos hablando de un pintor autodidacta, nacido en el seno de una familia humilde, que antes de dedicarse plenamente a la pintura trabajaba como funcionario de aduanas en una oficina de recaudación de París. Llegó a la pintura de forma casual, ya que comenzó a pintar por puro entretenimiento, cuando su trabajo le dejaba algún hueco libre. Sólo empezó a dedicarse a la pintura de forma seria a partir de los 49 años. Autor sin prejuicios, no disimuló en sus obras sus escasos conocimientos sobre composición o perspectiva, sino que pintó de forma espontánea todo aquello que le llamaba la atención. En sus obras apreciamos un mundo a medio camino entre el sueño y la realidad. Y aunque la técnica sea, como decimos, su punto débil, fue precisamente por ello, por su modo infantil de representar la naturaleza y la figura humana, por lo que se hizo un hueco en el París de su tiempo, obteniendo el reconocimiento y la admiración de algunos de sus contemporáneos, como el mismo Picasso, que declaró públicamente su pasión por la pintura del que popularmente fue conocido como "el aduanero".

En su producción destacan sobre todos las visiones de desiertos, bosques y selvas tratados con gran minuciosidad. Entre árboles y ramas suelen aparecer figuras humanas y animales, que rara vez guardan una correcta proporción con el entorno, dando como resultado unas imágenes llenas de fantasía y originalidad. Rousseau suele ponerse como ejemplo para hablar de la pintura naïf, que es aquella en la que la falta de conocimientos técnicos hacen estilo y crean un universo propio, ingenuo e infantil.

En la imagen, una de sus obras más reconocibles: "La gitana dormida"



lunes, 28 de abril de 2008

La Magdalena Penitente según Donatello



En el Renacimiento Italiano, el arte de la escultura experimentó una gran evolución. Durante los siglos XV y XVI encontramos en Italia un buen número de escultores de gran calidad. Algunos de ellos alcanzaron categoría internacional. Es el caso de Donatello (1386-1466). El artista florentino es uno de los máximos responsables de la renovación de las artes en la Italia del Quattrocento.

La palabra Renacimiento alude básicamente a la vuelta a los ideales estéticos de la antigüedad grecolatina. No agota su campo de acción en las artes visuales, ya que encontramos referencias al clacisismo en otras artes, como es el caso de la literatura. Este renacer del mundo antiguo tiene lugar tanto en las formas idealizadas de la escultura, como en los temas representados, entre los que los capítulos mitológicos cobran gran importancia. A pesar de todo ello, y a pesar de que el gran Donatello también los cultivó, en sus últimas obras se observa una curiosa evolución hacia un dramatismo impropio del idealismo claśico. Quizás sea esta Magdalena Penitente uno de los ejemplos más claros de lo que decimos. Aquí no hay idealización, ni serenidad. La figura de María Magdalena -ejecutada no en mármol o bronce como estaba siendo habitual en los últimos años, sino en madera- se muestra al espectador absolutamente demacrada. El hecho de que se represente de un modo tan realista y deliberadamente cruento la imagen de un personaje de la Pasión como es María Magdalena nos habla de un artífice ciertamente singular en el panorama artístico del Renacimiento.

domingo, 27 de abril de 2008

Visiones de España




Con el título de "Sorolla. Visión de España" se ha inaugurado este fin de semana en el Museo de Bellas Artes de Sevilla una exposición que va a estar recorriendo nuestro país durante más de un año. A Sevilla ha llegado desde Valencia, y luego visitará Málaga, Barcelona, Bilbao, Madrid y nuevamente Valencia, antes de volver a Nueva York. Esta muestra itinerante recoge los trabajos realizados por Joaquín Sorolla (1863-1923) para el encargo que recibió de la Hispanic Society of New York en el año de 1911. Esta institución, fundada por el millonario Hungtington, nacía con la misión de fomentar la lengua, literatura y arte de España y Portugal en los Estados Unidos. A tal efecto, se encargó al pintor levantino la realización de una serie de grandes lienzos que recogieran las principales tradiciones de la Península Ibérica. De esta forma, Sorolla comenzó a realizar la serie en 1912, y estuvo durante toda la década trabajando en este ambicioso proyecto. Aunque no se realizaron todas las escenas que en un principio se pensaron, la serie recrea los ambientes populares de las regiones españolas, estando muy presente Andalucía, y más concretamente Sevilla, a la que se dedican tres de ellas.

Sorolla era en esos momentos un pintor bastante reconocido. Se le considera, junto a Darío de Regoyos y Joaquín Mir, uno de los representantes del Impresionismo en España. Un impresionismo tardío, todo hay que decirlo, y sin algunas de las características que le dieron nombre en Francia. En cualquier caso, Sorolla nos da una visión sobre la luz hasta entonces insólita en el panorama de la pintura española.

La serie de obras que se muestran en esta gran exposición, que abarca los 14 trabajos realizados sobre las regiones españolas, nos ofrece algunas de las constantes de su autor, si bien en este caso, y por los motivos del encargo, se incide en los aspectos más tradicionales de las costumbres del país. Todo ello abordado con la sensibilidad a la que nos tiene acostumbrados. La imagen de arriba, "Los nazarenos", es una de las dedicadas a Sevilla. Recoge un momento de la Semana Santa hispalense, y tiene el acierto de captar el carácter teatral y escenográfico de la fiesta. Así, sitúa la escena en una estrecha calle sevillana con la Giralda como telón de fondo. Ante el espectador avanza el antiguo paso de palio de la Virgen del Rosario, precedido de un grupo de nazarenos de la Hermandad de la Carretería, entre los que se sitúa un penitente de la Hermandad de Montesión cargado con una cruz. A la procesión asisten tipos populares, entre los que no faltan mujeres ataviadas con mantilla y hombres cubiertos con sombrero. Parece que el pintor ha elegido los motivos de tal forma que pueda recomponer una estampa idealizada de la fiesta, pero no por ello falta a la realidad, pues la escena es de sobra consistente, y convicente, y además logra una armonía cromática verdaderamente admirable, como es común en su obra.

Creo que esta muestra es motivo más que suficiente para volver a redescubrir a este gran pintor.

Si quieres saber un poquito más sobre esta muestra, pincha aquí

Web del Museo Sorolla de Madrid: Pincha aquí

sábado, 26 de abril de 2008

Recordando Guernica



Es justo recordar que hoy se cumplen 71 años del tristemente famoso bombardeo de Guernica durante la Guerra Civil Española. La tarde del 26 de abril de 1937, La alemana Legión Cóndor, con apoyos italianos, realizaba un bombardeo aéreo sobre uno de los enclaves más simbólicos para la cultura del pueblo vasco. El ataque venía a corroborar el apoyo de los regímenes autoritarios europeos al llamado bando nacional encabezado por el General Franco, y suponía por tanto un ataque a la II República Española. La importancia de este acontecimiento radica además en el hecho de que se realizara un ataque indiscrimanado contra la población civil, lo que demuestra la crueldad de la guerra.

Los hechos de Guernica causaron gran impacto, y le valieron al ya consagrado artista malagueño Pablo Picasso (1881-1973) como inspiración para una de las obras artísticas más influyentes del arte del siglo XX. El cuadro, de gran tamaño, lleva el mismo título que el pueblo que fue objeto del bombardeo, pero más que describirlo, centra toda su fuerza expresiva en los sentimientos de angustia y de dolor de la población civil, víctima de la sinrazón de la barbarie humana. Aunque esta obra fue expuesta poco después en el Pabellón de la República de la Exposición Universal de París de 1937, no agota su significado en la contienda española, sino que supuso un triste presentimiento de la posterior Guerra Mundial. Se convirtió desde el principio en una obra universal de alegato a favor de la paz y en contra de la guerra, y es un símbolo además de las libertades en España, adonde sólo volvió una vez finalizada la dictadura franquista, en 1981. Actualmente es la obra estrella del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía de Madrid, y sigue recogiendo miradas de emoción de sus espectadores, que antes de llegar a la gran sala donde se expone, van observando todos los estudios previos que fue realizando este enorme artista antes de llegar al resultado final.

Una obra inmortal. El gran legado de Picasso.

Os propongo además el visionado de este fantástico montaje sobre el Guernica y Picasso:

jueves, 24 de abril de 2008

La sencillez de las pequeñas cosas


Cuando pensamos en el significado del término Barroco, se nos suelen venir a la cabeza imágenes recargadas, ampulosas, exultantes. Pero no siempre es así. Lo primero que debiéramos pensar es que, en el complejo siglo XVII europeo, hubo dos formas muy distintas de concebir las manifestaciones artísticas, porque tambień hubo dos realidades distintas, casi antagónicas, a nivel político, pero sobre todo social y religioso. De esta forma, mientras que los países fieles al Catolicismo, como Italia o España, desarrollaron una estética grandilocuente con una gran importancia de los temas religiosos, en los estados protestantes se generó un arte mucho más secularizado, en el que hubo cabida para todo tipo de temas, entre los cuales debemos destacar, por su trascendencia, aquellos en los que se muestra la vida cotidiana de la clase burguesa nacida y enriquecida al amparo del floreciente comercio de algunas zonas. El caso más singular es el de Holanda. Allí, la personalidad de Rembrandt brilló sobre las demás, pero no hay que olvidar a un grupo de pintores que desarrolló la llamada pintura de género, atendiendo a los encargos recibidos desde la burguesía.

Johannes Vermeer (1632-1675) es uno de esos pintores. Es posible que estemos ante uno de los pintores más delicados y poéticos de todo el siglo XVII europeo. Vermeer nos habla de las pequeñas cosas. En sus cuadros, generalmente de pequeño formato, no se aprecian grandes héroes, ni martirios de santos. Sólo se ve la realidad del día a día mientras entra la luz desde la ventana. Casi siempre son mujeres. Ellas leen o escriben cartas, se prueban un collar, vierten agua a un cántaro. No hay exceso, sino contención. Y a través de esa contención, a través de esa sencillez perfectamente calculada gracias a una técnica depuradísima y a un tratamiento de la luz pleno de sensibilidad, consigue llegar al espectador aún en la actualidad. Pintó pocos cuadros, apenas salió de su Delft natal. Hoy día su obra pictórica es admirada en todo el mundo. Incluso se ha filmado una hermosa película basada en uno de sus cuadros más conocidos: "La joven de la perla". Veamos el tráiler:



Aquí os dejo un buen enlace sobre Vermeer. Eso sí, está en inglés. Pulsa aquí

miércoles, 23 de abril de 2008

La lectura


DÍA DEL LIBRO

En un día como hoy, no viene mal recordar la importancia que la literatura ha ejercido sobre el pensamiento del hombre a lo largo de la historia. Conviene además añadir que literatura y arte, como productos culturales de la sociedad de su tiempo, han estado siempre íntimamente entrelazados, en todas y cada una de las épocas.

Esta relación fue especialmente significativa durante la primera mitad del siglo XX, con la aparición de las llamadas vanguardias artísticas, que vinieron a transformar de forma a veces subversiva lo que llevaba tantos años establecido. Todo ello sucedió en pocos años, generándose en las principales ciudades europeas, con París a la cabeza, un ambiente cultural efervescente.

1907 es el año oficial de nacimiento del Cubismo, por obra y gracia del genial Picasso, que de la mano de Braque abrieron paso a una nueva realidad artística. Sin embargo, el Cubismo, que consiste en mostrar todas las facetas geométricas de los objetos en un mismo plano, tuvo muchas variantes, de forma que del cubismo analítico de las primeras investigaciones, se pasó a otro más colorido, denominado sintético. Además, autores como Juan Gris o Fernand Léger (1881-1955), siguieron la senda marcada por los maestros, incorporando nuevas aportaciones. La imagen de hoy, que lleva por título "La lectura", corresponde al francés Léger. Nos encontramos ante un cubismo muy particular, extraordinariamente colorido, amable y decorativo, en el que el geometrismo ha sido reducido básicamente a cilindros, con los que el autor estructura toda la composición. Tanto es así, que su obra ha sido calificada por muchos como "tubista", y no cubista. Aunque en sus primeras obras rozó la abstracción, con el paso de los años, y aunque utilizando semejantes recursos, apostó por una figuración en la que la figura humana, y los progresos de la tecnología, suelen estar presentes.

lunes, 21 de abril de 2008

El Acueducto de los Milagros



Aunque el más conocido de los acueductos romanos de la Antigua Hispania, y quizás uno de los más representativos del Imperio Romano, sea el de Segovia, me gustaría llamar la atención sobre otro no menos importante, situado en la ciudad extremeña de Mérida. Se trata del llamado acueducto de los milagros, y su importancia radica no sólo en el hecho de ser un ejemplo bastante significativo de la importancia que tuvieron las obras públicas en el Imperio Romano, sino en la trascendencia que ha tenido esta obra en siglos posteriores.

Al analizar la arquitectura romana, es indispensable hablar siempre de las infraestucturas y las comunicaciones. En efecto, los romanos supieron ser pragmáticos, y para dar cohesión cultural a tan vasto imperio, se hacía necesario unificarlo y tenerlo bien comunicado. La gran cantidad de calzadas, puentes, acueductos y demás obras públicas que salpican el territorio europeo y norteafricano así lo atestiguan. En el caso español, conservamos obras de calidad notable. Como decimos, el caso más conocido en lo que a acueductos se refiere en España lo constituye el de Segovia, en admirable estado de conservación. Sin embargo no es el único. Recordemos la importancia que tuvo Emerita Augusta durante los siglos de presencia romana en la Península Ibérica. Ideado para traer agua a la ciudad desde el cercano embalse de Proserpina, tiene la particularidad de disponer de tres arcadas entre los machones, que elevan la altura del conjunto. Esta particularidad no pasó desapercibida para los musulmanes llegados a nuestro territorio siglos después, ni tampoco la utilización bícroma de los ladrillos. Ambas soluciones fueron llevadas a la práctica en el interior de un edificio tan importante como la Mezquita de Córdoba, en cuyo interior se ideó el mismo sistema, para así elevar la altura del haram o espacio para orar. Recordemos

Así que es justo reconocer en esta obra emeritense la importancia durante su tiempo, pero también la influencia ejercida en obras posteriores de gran categoría

domingo, 20 de abril de 2008

La Virgen Blanca




El tema de la Virgen con el Niño es quizás uno de los más representados en la historia del arte occidental. No hay que ovidar la importancia que el Cristianismo ha ejercido sobre el Arte. Si la religión es una manifestación cultural de una sociedad, el Arte también lo es.

Durante la Edad Media, resulta casi imposible separar Arte y Religión. En efecto, la vida de los hombres y mujeres del Medievo giraba en torno a la creencia en el más allá. Durante el Románico, la iconografía cristiana es rígida y severa. Sin embargo, durante el Gótico se va tendiendo a un mayor naturalismo, en una Europa que experimenta importantes cambios a nivel político, económico, social y cultural. Si las vírgenes románicas eran hieráticas, las góticas irán mostrando al espectador un carácter más cercano. Los gestos se irán humanizando y la anterior rigidez dará paso a líneas más onduladas y suaves. La popularmente conocida como Virgen Blanca de la Catedral de Toledo es un buen ejemplo de la escultura tardogótica española. El modelo iconográfico es de origen francés y alude al llamado coloquio maternal. En efecto, entre la imagen de María y la de su hijo se establece un diálogo amable y sereno, con muestras de complicidad entre los sonrientes personajes. La calidad de la imagen es incontestable. La policromía, con el blanco como color primordial, es igualmente exquisita. Quizás estemos ante una de las más elegantes y refinadas esculturas de la Edad Media española. Tiene el gran acierto no sólo de plasmar la conversación entre la madre y el hijo, sino de convocar al espectador a que asista al diálogo y se involucre en él.

No os perdáis esta sensacional escultura cuando vayáis a la Catedral de Toledo



sábado, 19 de abril de 2008

Retratos melancólicos



Es posible que la obra pictórica del italiano Amedeo Modigliani (1884-1920) sea una de las que más se hayan popularizado en los últimos años. Qué duda cabe de que nos encontramos ante un autor del que se ha hablado más que de su propia obra. Modigliani pasó de ser un artista marginal en el París de principios de siglo XX, para convertirse en un mito del que se han escrito numerosos libros, biografías, e incluso alguna película.

Llegó muy joven a París, la ciudad que por aquel entonces aglutinaba a toda la vanguardia artística europea. Y entre sus calles forjó el carácter bohemio al que tantas veces se ha aludido. Se ha escrito muchas veces sobre sus adicciones al alcohol, a las drogas, de su fama de mujeriego y conquistador. La joven Jeanne Hébuterne fue sin duda la mujer de su vida, como muestra la amplia serie de retratos que a ella le dedicó. Entre ambos se forjó un amor autodestructivo, salpicado de vicios, que terminó con la muerte del pintor a causa de una tuberculosis, y el suicidio de su amada, desde un quinto piso, un día después. Sin duda, una vida turbulenta, que no debería distraernos sin embargo de su obra artística.

Modigliani se encuadra en la llamada Escuela de París, en la que se encontraban pintores que, como él, no estaban adscritos a ninguna de las vanguardias artísticas que iban surgiendo sin solución de continuidad desde los últimos años del siglo XIX. Nuestro pintor bebe de las fuentes clásicas, y con un refinadísimo dibujo, realiza composiciones delicadas, de líneas suaves y colorido vibrante. Entre sus más logradas obras destacan las series de desnudos femeninos y de retratos, femeninos también en su mayor parte, en los que el carácter melancólico de sus personajes se ve reforzado por los ojos almendrados, habitualmente sin definir, tan característicos de sus pinturas.

Quien se sienta hechizado por este fantástico pintor, puede ver muchos más retratos en esta web

Si el hechizo se ha convertido en algo más, sepan que queda exactamente un mes para la clausura de una exposición que le ha dedicado el siempre ejemplar Museo Thyssen de Madrid. Pueden visitarla hasta el 18 de Mayo. Para más información, pulsen aquí


miércoles, 16 de abril de 2008

Arte para una Revolución



Sin duda, uno de los más importantes acontecimientos de la historia universal del siglo XX, y que supuso un antes y un después en las relaciones internacionales, fue la Revolución Rusa . El triunfo de los movimientos obreros en el antiguo imperio zarista, no sin sus dificultades, animó a Lenin a convocar la llamada Tercera Internacional o Komitern, cuyo primer congreso tuvo lugar en 1920 en la ciudad de Moscú. Aunque acudieron representantes de numerosos países, las condiciones de los famosos 21 puntos del programa eran tan severas que se originaron encendidas discusiones, y marcó la definitiva escisión entre los partidos comunistas, mucho más dogmáticos y en la línea de lo que los bolcheviques rusos defendían, y los socialistas, que apostaron por una tendencia reformista.

Sea como fuere, lo que los rusos querían mostrar al mundo era el triunfo de una revolución, la victoria de los oprimidos. Del proletariado urbano y rural. Este optimismo inicial tuvo su materialización en el campo del Arte. En efecto, durante los primeros años surgió la llamada cultura proletaria (prolekult), y hubo una renovación artística espectacular, surgiendo nombres de artistas comprometidos con la causa revolucionaria y que avanzaron por caminos novedosos tendentes a la abstracción. En este sentido, es especialmente relevante la aportación de Vladimir Tatlin (1885-1953), por ser el autor del Monumento a la III Internacional. Este gigantesco proyecto no llegó a construirse debido a la mala situación económica del país tras la guerra civil. Por tanto, sólo conservamos la maqueta de un proyecto que consistía en un edificio de más de 400 metros de altura. El edificio se basa en los principios del Constructivismo, que se vale exclusivamente de formas geométricas en las que las referencias al pasado son inexistentes. Así, nos encontramos ante una estructura espiral inclinada, dentro de la cual se incluían un cubo, un cilindro, etc, que rotarían a distintas velocidades. Un proyecto utópico, pero enormemente interesante, que constituye un documento fundamental para entender el proceso revolucionario ruso.

Aunque en la imagen de arriba lo que se aprecia es el proyecto originario, en fechas más recientes, el arquitecto japonés Takehiko Nagakura hizo una recreación virtual de cómo hubiera sido su aspecto en la ciudad de Moscú. Pulsa aquí.

Además, os animo a ver este vídeo donde ver algunos detalles de esta singular obra:



PROPUESTA DE ACTIVIDAD PARA 1º de BACHILLERATO (Historia del Mundo Contemporáneo)

1º Comentario del siguiente texto de la Tercera Internacional, con el habitual esquema de comentario utilizado durante el curso. Pulsa aquí

2º Comentario libre de la imagen propuesta (Monumento a la III Internacional, de Vladimir Tatlin), con ayuda de todo lo expuesto en este blog (y los enlaces que se han puesto), así como otras webs que voluntariamente quieras visitar.

3º Una vez realizado lo anterior, deja tus impresiones en este blog, debajo de este texto, comentando lo que te ha parecido la actividad. No olvides poner tu nombre.

4º La actividad completa estará realizada a mano y se entregará justo antes del examen del próximo miércoles 23 de abril. La extensión mínima será de dos carillas.

5º Recuerda que el ejercicio es voluntario, pero puede sumar hasta un punto más a la nota del examen.

martes, 15 de abril de 2008

Toledo desde El Greco




Toledo puede ser, muy probablemente, una de las ciudades más evocadoras y mágicas de toda la Península Ibérica. Se han escrito miles de páginas acerca de la convivencia que allí se dio entre judíos, cristianos y musulmanes duarnte los siglos de la Plena y Baja Edad Media. A lo largo de la historia, ha sido una ciudad con una importancia cultural y artística bastante notable. Baste dar un sólo paseo por sus estrechas y recoletas calles para darse cuenta de ello.

A veces, sucede que un artista alcanza una sintonía tal con una ciudad, que dicho pintor no se entiende sin su ciudad, o ésta sin su pintor. Aunque Doménikos Theotokópoulos (1541-1614) nació en Creta, muy lejos por tanto de Toledo, estuvo establecido en esta ciudad desde el año 1577, y allí desarrolló gran parte de su producción artística. Antes, había pasado por Italia, donde había aprendido de las formas de Miguel Ángel, el gran genio del Renacimiento que, partiendo de formas clásicas heredadas del mundo grecolatino, supo reinterpretarlas para dar paso a lo que en la historiografía artística ha sido denominado comúnmente con el nombre de Manierismo, y que tiene en la alteración de los valores clásicos una de sus notas más características. De entre esas alteraciones, quizás sea la referida al canon y al alargamiento de las figuras una de las más evidentes. En el caso de El Greco, viene a ser como una marca de fábrica, un sello inconfundible, definitorio y definitivo, de su quehacer pictórico. Tanto es así que en alguna ocasión se fantaseó con la posibilidad de que éste tuviera problemas de visión, lo cual ha sido desmentido posteriormente.

En esta alucinante visión de Toledo no se aprecia, sin emabrgo, figura humana alguna. El amaneramiento se produce por tanto en el mismo paisaje. La exaltación de las expresiones propias del autor cretense, que hicieron de él un pintor muy admirado por los expresionistas del siglo XX, se manifiestan aquí a través de los edificios grisáceos, del exultante verde de la vegetación y de los amenazantes nubarrones.

Aquí un pintor que sigue siendo moderno.

lunes, 14 de abril de 2008

El Pabellón de la República



Hoy se cumplen 77 años desde que se proclamara la II República española. Aquel lejano 14 de abril de 1931 comenzaba una etapa histórica compleja, convulsa, pero que tuvo importantes avances en aspectos sociales, culturales y educativos, hasta que la Guerra Civil, iniciada en 1936, puso fin al proceso de renovación. Era el comienzo de una absurda lucha entre los mismos españoles, y pasarían muchos años hasta que se volvieran a reconcilar.

Uno de los ejemplos más notorios que podemos citar de la renovación artística de la España de la República es el Pabellón que nuestro país tuvo en la Exposición Universal de París de 1937. Desde un punto de vista meramente arquitectónico, el edificio huye de cualquier alusión al pasado, para apostar por los criterios funcionalistas que imperaban en la arquitectura del período de entreguerras, con la Bauhaus alemana a la cabeza. Cristal, acero, líneas rectas. Sus artífices fueron los arquitectos integrados en GATEPAC, grupo renovador de la arquitectura española del momento.

Además, la importancia de este edificio no radicaba sólo en sus planteamientos arquitectónicos, sino también en todas las obras artísticas expuestas en su interior. Allí se dieron cita los artistas más grandes del momento, lo que nos habla del período de esplendor de las artes españolas de aquellos tiempos. Por desgracia, la guerra truncó varias de esas carreras, y muchos de ellos tuvieron que vivir en el exilio durante la posterior guerra franquista.

Para ver algo sobre el edificio, pulsa aquí

Para ver algunas de las obras que se expusieron, pulsa aquí

En la imagen, una reconstrucción que se ha hecho de este edificio en fechas más recientes. Se encuentra situado en Barcelona.

sábado, 12 de abril de 2008

El mudéjar aragonés




Como sabemos, el mudéjar es la más genuina aportación española al arte medieval, en la medida en que nos encontramos ante una manifestación artística que sólo se dio en la Península Ibérica, aspecto éste derivado de las particulares condiciones políticas y sociales que se dieron en nuestra Baja Edad Media, con un poder cristiano progresivamente creciente en detrimento de un cada vez más reducido territorio musulmán, a causa del avance reconquistador.

Así, uno de los territorios que más porcentaje de población mudéjar tuvo fue Aragón. Ello explica la gran cantidad de edificios conservados en dicha región, fieles exponentes de la estética islámica en el arte cristiano, que en este caso entra de lleno en la Edad Moderna, como muestran los edificios construidos ya en el siglo XVI. La fantástica conjunción de elementos cristianos e islámicos en una misma obra ponen de manifiesto la interculturalidad que se dio en aquellos siglos de convivencia, más complejos de lo que se ha querido a veces mostrar. En cualquier caso, los ejemplares aragoneses son una buena muestra de lo que decimos. Su estado de conservación, su interés como manifiesto material de una época y de unas circunstancias históricas bastante singulares, han hecho que este interesante y amplio conjunto haya sido declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 2001, ampliando así la anterior declaración de 1986, que tan sólo incluía a las iglesias de la ciudad de Teruel.

El mudéjar aragonés se define por la maestría con la que sus alarifes utilizaron el ladrillo como material constructivo fundamental, dotándolo de plasticidad, al dibujar los típicos entrelazos y dibujos geométricos heredados del arte islámico. La profusa decoración de los edificios, especialmente visible en las portadas y muy especialmente en los altos campanarios que jalonan el territorio aragonés, se completa en muchos casos con la utilización de la azulejería, alacanzando a veces grandes logros compositivos, especialmente llamativos y coloridos. Otro aspecto a tener en cuenta es el referido a las techumbres mudéjares en todas sus variantes, siendo el caso de la Catedral de Teruel el más destacable.

A continuación, os propongo una visita panorámica por el mudéjar aragonés. Como decimos, la Catedral de Teruel es uno de los edificios más singulares. En esta web podéis apreciar detalles sobre su fantástica techumbre.

En Teruel son también interesantes los ejemplares de San Martín y San Pedro.

En Zaragoza, los edificios más destacados son La Seo y las iglesias de San Pablo y la Magdalena. En dicha provincia, una de las localidades que más nos interesan es Calatayud, donde destaca la Colegiata de Santa María.

En el ámbito rural aragonés se conservan igualmente edificios mudéjares notables de calidad indiscutible. Valgan como ejemplo las siguientes: Montalbán, Tobed, Morata de Jiloca, Aniñón, Áteca o Tarazona. Los ejemplos son interminables.

Podéis completar toda esta información, y ampliar lo que queráis, en la fantástica web que el Gobierno de Aragón ha habilitado sobre el Mudéjar. Pusa AQUÍ.

viernes, 11 de abril de 2008

Dánae y la lluvia dorada



Uno de los mitos griegos que más han interesado en el mundo del Arte es aquel en el que Dánae fue objeto de los amores del Dios Zeus que, obsesionado con la belleza de la joven, quiso unirse con ella de una forma en la que no pudiera ser descubierto . Una noche, Zeus acudió a ver a Dánae, pero no lo hizo de cualquier manera, pues decidió hacerlo en forma de lluvia dorada. Las finas gotas fueron cayendo lentamente sobre la muchacha, poseyéndola, siendo este episodio el origen de una nueva vida: Perseo.

A lo largo de la Historia del Arte, han sido muchos pintores los que han representado este hermoso capítulo mitológico, como es el caso de Tiziano. En épocas más recientes, el austríaco Gustav Klimt (1862-1918) hizo su propia interpretación. En este caso, como podéis ver, Dánae se muestra al espectador llena de sensualidad, tanto en la postura que dibuja su cuerpo, como en el tratamiento dado a los cabellos y al rostro, totalmente entregado al amor. El pintor completa la escena con la visión de una lluvia dorada muy decorativa, dado que estamos hablando de un pintor que se inscribe dentro de la órbita del Modernismo (Secesión en Austria), movimiento en el que las artes decorativas, fuertemente influidas por las líneas ondulantes que la naturaleza ofrece, alcanzan gran importancia.

Quizás estemos ante una de las obras más eróticas de la Historia del Arte

Aquí os dejo un bonito vídeo sobre esta fantástica pintura:


miércoles, 9 de abril de 2008

Giralda


Cuando uno piensa en el Arte Hispanomusulmán, suelen venir a la mente las imágenes de tres monumentos andalusíes: La Alhambra de Granada, la Mezquita de Córdoba y la Giralda de Sevilla. Son tres obras que no coinciden cronológicamente, pero todas ellas se enmarcan dentro de las grandes construcciones edificadas en Al-Ándalus durante los siglos de permanencia musulmana.

La Giralda debe su nombre a la veleta que la corona, El Giraldillo, escultura en bronce que representa a la Fe y que fue realizada por Juan Bautista Vázquez el Viejo en la segunda mitad del siglo XVI, cuando se edificó el cuerpo de campanas que vemos en la actualidad. Como se sabe, nos encontramos ante el antiguo alminar de la mezquita aljama de la Sevilla almohade, construido en 1184. Situándonos en el tiempo, habría que relacionar este fantástico alminar con otros dos que también estaban en el Imperio Almohade, en el territorio del actual estado de Marruecos. Nos referimos a las que tradicionalmente se han considerado las hermanas de la Giralda, la Kutubiya de Marrakech y la de la Mezquita de Hassan en Rabat. Los tres ejemplares repiten el mismo material, e idénticos motivos decorativos, consistentes en arcos polilobulados y paños de sebka, fundamentalmente. Sin emabrgo, quizás sea el caso sevillano el que más perfección compositiva presente. A ello le debemos sumar además la circunstancia de que, ya en época cristiana, se decidiera modificar la parte superior. Dado que la antigua mezquita se había destruido para realizar la gran catedral gótica, se hacía necesario cristianizar también la torre, de forma que se encargó al arquitecto Hernán Ruiz la realización del campanario. El resultado, que podría haber sido irregular, alcanza sin embargo unas cotas estéticas notables. El arquitecto supo además unificar todo el conjunto gracias a la utilización de las balaustradas de mármol blanco y los paneles de mármol negro tanto en la anterior obra islámica como en el añadido superior. Hoy día nos es imposible concibir esta obra de otra manera, y, sin duda, constituye uno de los edificios más conocidos del Arte Español.

Tanto es así que, en fechas más recientes, ha sido objeto de curiosas réplicas: Badajoz, Arboc o la más lejana de Kansas (Estados Unidos).

La Giralda es el símbolo universal de Sevilla, un icono, una imagen carismática, estética, fotogénica, mil veces fotografiada, reproducida, homenajeada. Es de esos casos raros en los que un edificio parece tener vida propia.

martes, 8 de abril de 2008

Una Venus de la Prehistoria




Una de las manifestaciones artísticas más primitivas que hoy nos podemos encontrar es esta famosa Venus de Willendorf, realizada durante el Paleolítico. Esta representación escultórica de la Prehistoria ha sido puesta en relación con otras estatuillas femeninas de las mismas características, encontradas en su mayor parte en yacimientos arqueológicos de la Europa Central y Oriental.



En el caso que nos ocupa, la escultura, de poco más de 10 centímetros de altura, fue hallada en 1908 en el yacimiento del mismo nombre. El hecho de que, lógicamente, carezcamos de fuentes documentales, ha motivado el establecimiento de hipótesis acerca del significado de esta obra y de otras similares. Las más conocidas abundan en la idea de que nos encontramos ante la representación de una diosa de la fertilidad. Si nos damos cuenta, la exageración de los órganos sexuales, que recibe el nombre de esteatopigia, y que es especialmente visible en la voluminosidad con que están tratados los senos y la vagina, nos podrían remitir a esa hipótesis tradicionalmente defendida por arqueólogos e historiadores del arte.



Podéis ver imágenes de otras venus paleolíticas en este enlace

lunes, 7 de abril de 2008

¡Viva el pelo!



El cordobés Julio Romero de Torres (1874-1930) ha sido uno de los pintores más conocidos, aunque no por ello reconocido, del Arte Contemporáneo. Fue una figura muy valorada en su tiempo, y cuando fue enterrado en su Córdoba natal, la ciudad quedó paralizada, según cuentan los periódicos de la época. Tanto es así que, muy poco después de su fallecimiento, se creaba su museo de la Plaza del Potro, donde hoy continúa.

Al igual que veíamos el otro día con la Dama de Elche, sus obras fueron reproducidas hasta la saciedad en billetes, sellos, carteles. Y, en este caso aún más evidente, su figura fue utilizada por el régimen de Franco, de forma que su obra pictórica fue analizada únicamente en clave folclorista, olvidando por tanto las raíces simbolistas de un autor que utilizó a la mujer de su tierra no como mero objeto representativo, sino como vehículo para representar ideas, sin renunciar en ningún momento a sus raíces. Sus mujeres, inmortales, misteriosas, se repiten ante paisajes cordobeses que actúan como telón de fondo, en una atmósfera inquietante, densa.

Su técnica es depuradísima, y sus composiciones alcanzan a veces gran complejidad. Sin embargo, es bueno que recordemos una de sus obras más sencillas y populares: Viva el pelo. El encuadre fotográfico, el hecho de que sólo aparezca el cuello y la cabeza de la mujer vista desde detrás, introducen al espectador en el terreno de la intuición. El juego de colores que establece entre la encendida naranja y la peineta, realizada con un sólo trazo, es un acierto más de una pintura que consigue, sin apenas artificio, llamar la atención a primera vista.

Aunque en los últimos años su obra vuelve a tener cierto reconocimiento, es justo que valoremos la importancia de Romero de Torres y no dejarnos llevar por las interpretaciones simplistas que a veces nos han querido vender desde bandos ideológicamente opuestos.

Aquí podéis ver otras pinturas de Romero de Torres. Se incluyen vídeos con la famosa copla dedicada a la mujer morena. Pulsa aquí

Web del Museo Julio Romero de Torres de Córdoba. Pulsa aquí


domingo, 6 de abril de 2008

Frida




La figura de Frida Kahlo (1907-1954) ha sido una de las más reivindicadas en los últimos años, no ya tanto desde el mundo del Arte, donde ya ocupaba una página dorada, sino desde ámbitos mucho más mediáticos. Recordemos la relativamente reciente película dedicada a su vida, protagonizada por Salma Hayek.

En efecto, la tormentosa vida de Frida Kahlo ha sido analizada más incluso que su propia obra artística. Tampoco nos debería llamar esto la atención, siempre y cuando tengamos en cuenta que vida y obra son, en este caso, inseparables, en la medida en que la pintora mexicana plasmó su existencia a través de los lienzos. Pintora muy autobiográfica, ella misma reconoció alguna vez que se autorretrataba tanto porque era el motivo que mejor conocía. Y no le faltaba razón.

Durante sus años de vida, estuvo siempre a la sombra de otro gran pintor mexicano, Diego Rivera. De él estuvo enamorada toda su vida, y con él estuvo casada, a pesar de que la vida marital entre ambos fuera un tanto peculiar, y las infidelidades se sucedieran por los dos lados. Frágil, enfermiza, arrastró durante toda su vida las secuelas de un accidente de circulación que le hizo sufrir física y psicológicamente, estando muchas veces hospitalizada. Su obra constituye una especie de diario pictórico pesimista y desolador, a veces cruel, pero lleno de sinceridad. "Yo no pinto mis sueños, sino mi realidad", respondió a Breton cuando éste intentó catalogarla como pintora surrealista.

En la imagen, uno de sus autorretratos más impactantes: La columna rota

sábado, 5 de abril de 2008

La Dama de Elche, ayer y hoy



Una de las obras más carismáticas del arte prerromano español es la Dama de Elche. Descubierta en el poblado ilicitano de La Alcudia en 1897, es la manifestación artística más conocida del Arte Ibérico. Como tal, suele datarse entre el siglo V y el IV a.C. Hay que anotar, no obstante, que no nos encontramos ante un caso aislado, ya que tenemos ejemplos escultóricos de características similares en el sureste peninsular, siendo la Dama de Baza otra muestra escultórica de gran calidad que, como la de Elche, viste un atuendo lujoso y presenta igualmente un hueco en su parte posterior, al parecer para contener cenizas de un difunto. Sea como fuere, el caso es que el ejemplar de Elche ha sido el que más aceptación popular ha tenido desde el mismo momento de su hallazgo. Así, es objeto de diversas teorías de historiadores y arqueólogos, ha realizado viajes de Elche a Madrid, de Madrid a Elche, y ha sido reproducida en sellos, billetes o carteles publicitarios. Fue utilizada por el Régimen de Franco, además, como un icono de la misma España, viniendo a significar una reencarnación (en piedra) de la mujer ibérica en sus tiempos más pretéritos.


Nos encontramos por tanto ante una obra que no ha dejado indiferente a nadie. No es de extrañar, por otro lado. El modelado de su rostro es de gran calidad. El atuendo, puramente mediterráneo, es inconfundible y su seña de identidad. Toda la obra respira magnetismo, y muchos escultores contemporáneos no han podido resistirse a hacer su propia interpretación.


Aquí podemos ver a la Dama de Elche en un sello de Correos:



... o en los billetes de una peseta:



También lució en un cartel para la Exposición Universal de Barcelona de 1929:



Y más recientemente, ha sido inspiración para el escultor Manolo Valdés:

Como véis, esta dama sigue dando mucho juego...

Enanos



Si le preguntáramos a un extranjero sobre artistas españoles , el nombre de Diego Velázquez (1599-1660) saldría, con casi toda seguridad, entre los tres primeros. En efecto, nos encontramos ante un pintor excepcional, universal, inmortal, que ha resistido todas las modas y que aún hoy sigue siendo una personalidad arrolladora e incontestable en el panorama de la Historia del Arte Universal. La monarquía española de su tiempo, con Felipe IV a la cabeza, tuvo la suficiente visión para entender que este sevillano era, con mucho, el mejor de su tiempo. La galería de retratos reales realizada, con Las Meninas como buque insignia, así lo ponen de manifiesto. Esta circunstancia motivó que Velázquez no estuviera tan atado a los encargos de tipo religioso a los que sí estuvieron otros pintores de calidad notable, como su paisano Murillo. De esta forma, nos encontramos con una serie de retratos de los bufones de los miembros de la Casa Real, que suponen una investigación psicológica del personaje representado, al que dota de una dignidad insólita en una época en la que estos personajes tenían como función hacer reir a las infantas. Velázquez no sólo no se ríe de ellos, sino que les imprime carácter, los personaliza, y los eleva a la categoría de icono artístico. Cuando uno visiona estas obras en el Museo del Prado, comprende la grandeza de un Velázquez más allá de sus revoluciones técnicas. He aquí la grandeza de lo pequeño.

En la imagen, uno de los mejores: El niño de Vallecas

viernes, 4 de abril de 2008

Granja de Torrehermosa


Denominamos Arte Mudéjar a todo aquel realizado por artífices musulmanes en territorio cristiano, una vez que éstos fueron reconquistados durante la Plena y Baja Edad Media. Aunque su denominación como estilo artístico no convence a todos los historiadores del arte, y el deabte historiográfico sigue aún vigente, debemos valorar su importancia, en tanto en cuanto constituye una manifestación única y genuinamente española, no dándose en el resto de Europa, exceptuando algunos ejemplos portugueses. Asimismo, debemos recordar la influencia que ejercerá la proyección atlántica que éste tenga en las Islas Canarias e Hispanoamérica.

Dependiendo de la época y del lugar en el que nos encontremos, el Mudéjar, que tiene en la arquitectura su más completa y perfecta configuración, tendrá rasgos estilísticos más cercanos al Románico, o al Gótico. Estos se verán entrelazados con motivos ornamentales propiamente islámicos, ya sea bebiendo de las formas califales, almohades o nazaríes, según los casos.

Así, en la Baja Extremadura tenemos un grupo de iglesias parroquiales construidas entre los siglos XV y XVI sumamente interesantes. Todas ellas muestran la tipología de torre-fachada, están realizadas en ladrillo y siguen los dictámenes que en la zona fijó la Orden de Santiago, encargada de vigilar una comarca que tenía una importante población de judíos y mudéjares, las dos minorías étnico-religiosas más importantes de la España bajomedieval.

Sirva como ejemplo el caso de la Iglesia Parroquial de Granja de Torrehermosa, cuyo campanario dibuja un entrecruzamiento de arcos espectacular, y constituye una de las muestras más notables del Mudéjar extremeño. La cronología de esta singular obra se sitúa entre los últimos años del siglo XV y primeros del XVI.

jueves, 3 de abril de 2008

¡El Arte está vivo!



Al ser una manifestación del hombre, el Arte está en continua y perpetua evolución. Pero además, hay muchas obras que, con siglos de antigüedad, siguen apasionando al hombre aún en la actualidad. Es el caso de El jardín de las delicias de El Bosco (1450-1516) Se trata de un tríptico en cuyas tablas reproduce el esquema habitual de muchas de sus obras, que nos hablan de la moral cristiana, que aboga por la salvación eterna a través de las buenas obras, y de la bajada a los infiernos en caso contrario. Así, la primera de las tablas representa el paraíso, la central nos muestra los pecados y vicios del hombre, y la tercera el infierno al que éste será sometido si lleva una vida llena de pecados.

Pintor visionario e insólito en el panorama de su tiempo, ha sido continuamente revisitado posteriormente. Los surrealistas tuvieron muy en cuenta sus personajes grotescos, sus situaciones delirantes, la galería de monstruos que pueblan sus representaciones, de compleja explicación.

En épocas aún más cercanas a nosotros, El Bosco sigue fascinando. Una muestra de ello es este curioso vídeo en el que podemos ver cómo el arte sigue vivo gracias a la animación digital. Aquí tenemos al infierno del Jardín de las Delicias con banda sonora de Buckethead.


miércoles, 2 de abril de 2008

Mark Rothko




Mark Rothko (1903-1970) es una de las figuras más importantes del Expresionismo Abstracto en los Estados Unidos de mediados del siglo XX. Sus más conocidas obras suelen basarse en composiciones como la que veis en la imagen, siendo, a pesar de su carácter abstracto, un autor cuya obra pictórica rezuma calidez, en parte debido a la gama cromática utilizada. En este caso, podéis observar la cercanía que existe entre este pintor estadounidense y el perro de Goya que antes comentábamos.



Aunque Rothko es un autor de sobra conocido, os animo a que leáis algo más sobre él y que conozcáis algunas de sus obras aquí: http://www.enfocarte.com/5.25/rothko.html

Un perro de Goya





Uno de los artistas españoles que más han trascendencia e influencia han ejercido en la Historia del Arte es Francisco de Goya (1746-1828). Supo ser el mejor de su época, y lo que es más importante, superarla, para realizar un arte libre e independiente, especialmente en sus últimos años. Una vez que hubo realizado retratos para la monarquía borbónica y para las más importantes casas nobiliarias, el final de su producción artística resulta espectacularmente insólito. Aquejado de una sordera que cada vez le desesperaba más, inmerso en un estado anímico al borde de la depresión y de la locura, realizó una serie de obras entre las que, por su influencia posterior, destaca la serie de las llamadas "Pinturas Negras" que realizó entre 1820 y 1823 para la casa que adquirió junto a la orilla del Manzanares. La interpretación de estas inquietantes imágenes es tan amplia como variopinta. Una de las obras más destacadas es este "Perro semihundido en la arena". Por su concepción temática, anuncia movimientos de vanguardia del siglo XX con un siglo de anticipación. El hecho de plasmar de manera tan trágica un estado de ánimo nos habla del Expresionismo. La visión onírica del perro que intenta sin éxito salir al exterior no pasó desapercibida para los surrealistas. Por último, la composición, basada en dos planos en tonos ocres cortados diagonalmente, rozan la abstracción, siendo la cabeza del perro el único elemento figurativo que nos pone en contacto con la naturaleza.

martes, 1 de abril de 2008

Egon Schiele




El arte no puede ser moderno... el arte es eterno



Con esta afirmación titulaba el pintor austríaco Egon Schiele una de sus obras, allá por 1912. En pocas palabras nos definió lo que para él significaba el concepto de Arte. Un concepto que tiene tantas definiciones como personas existen. Porque cada uno siente el Arte a su modo, porque el artista necesita la respuesta cómplice del espectador para que su obra sea efectiva. Porque se antoja casi imposible definir aquello que no sólo se explica mediante el intelecto sino también a través de los sentidos, el objetivo de este blog, que hoy nace, es facilitar a todo aquel que lo visite, la posibilidad de disfrutar a través de algo aparentemente inútil, pero necesario para el hombre desde la noche de los tiempos: Expresar sus sentimientos de forma plástica.


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