viernes, 12 de diciembre de 2008

Mujeres Ibéricas: El caso de Baza



Aunque ya en su momento nos ocupamos de tratar todo lo relativo a la Dama de Elche y la revisión que de ella se hizo en el siglo XX, hoy vamos a abordar algunos aspectos sobre su hermana, la Dama de Baza, escultura igualmente ibérica que fue encontrada en 1971 en la citada localidad granadina y que, lo mismo que la escultura ilicitana, forma parte del importante grupo de esculturas ibéricas que jalonan parte de la historia prerromana española. Recordemos que en la Península Ibérica no había un pueblo ibérico, sino varios, de forma que, en cada zona, se configuraron sociedades distintas aunque entre todas ellas existieran elementos comunes. En el caso que nos ocupa, tenemos que citar a los bastetanos, y a Baza como centro fundamental.

La Dama de Baza es una escultura realizada en piedra caliza policromada. Se da la circunstancia de que se conserva aceptablemente bien la policromía, hecho poco usual entre la escultura antigua, de forma que gracias a esto podemos hacernos una idea aproximada del aspecto original que pudieron tener otras esculturas femeninas ibéricas como la citada Dama de Elche, la Dama de Ibiza o la Dama del Cerro de los Santos. En todos estos casos hablamos de esculturas femeninas, que se nos muestran ricamente vestidas. En todas es muy destacable el ajuar personal, alcanzando especial importancia las joyas y los peinados, que si bien llegan a su máxima expresión en la obra de Elche, es igualmente interesante, en este caso, la forma con la que se conciben y representan los pendientes y collares.

La Dama de Baza se nos presenta sedente y entronizada, al contrario de otras obras similares, que aparecen de pie. Continúa aún el misterio sobre la posibilidad de que el busto encontrado en Elche fuera en realidad parte de una obra de mayor tamaño, y si, en ese caso, de su disposición. A tal efecto, existen diversas recreaciones visuales. Lo que sí une a ambas esculturas, además de sus rasgos físicos y de su atuendo, es su finalidad funeraria, ya que en ambos casos aparecieron en necrópolis, y tenían en la parte posterior un orificio para depositar, al aparecer, las cenizas de un difunto. En el caso de la Dama de Baza se encontaron además una serie de vasijas, que probablemente funcionaran como ofrendas.

Por último, habría que añadir que estas esculturas femeninas nos hablan de la importancia de la mujer en estas sociedades protohistóricas.

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