lunes, 2 de agosto de 2010

Guðjón Samúelsson.


Cuando estudiamos la evolución de los estilos artísticos en arquitectura, resulta sintomático que, en lo que a la arquitectura contemporánea se refiere, encontremos pocos ejemplos notorios dentro de la tipología religiosa. Pero eso no significa que no haya habido aportaciones de interés.

El período de entreguerras asistió al desarrollo del Expresionismo, aplicado, básicamente, a las artes plásticas (pintura y escultura). Las características del movimiento hacían poco viable un desarrollo de esos mismos presupuestos en la construcción de edificios. Sin embargo, y pese a lo que pudiera parecer, sí tenemos algunos ejemplos de arquitectura expresionista. Ejemplos quizá aislados, curiosos, caprichosos si se quiere, pero, en cualquier caso, testimonios de una época y de una sensibilidad muy concreta.

El Expresionismo fue un movimiento especialmente relevante en los países del norte de Europa. No es casualidad, por tanto, que sea en Dinamarca donde encontremos el ejemplar más destacado de arquitectura religiosa expresionista. Se trata de la Iglesia de Grundtvig, en Copenhague, construida entre 1921 y 1926 por Peeder y Kaare Klint. La fachada reproduce la estructura de un gran órgano de ladrillo que alcanza los 49 metros de altura. La finalidad del edificio queda clara al provocar en el espectador una reacción inmediata en la que priman los sentimientos sobre la razón, y la arquitectura está plenamente sometida, según vemos, a la expresividad de todos y cada uno de los elementos constructivos. Incluso la ubicación de la iglesia, con una calle marcando la perspectiva de la fachada principal, es claramente intencionada y busca esa misma respuesta en el espectador, que se verá sorprendido por la presencia de aquella gran y extraña mole de ladrillo.

Siguiendo los pasos de esta singular obra nos encontramos con la figura de otro arquitecto nórdico, como es Guðjón Samúelsson (1887-1950), de origen islandés. Él es el áutor de la portentosa iglesia que encabeza esta entrada, la Hallgrímskirkja de Reykjavik (Islandia). Comenzó a levantarse en 1948, cuatro años después de conseguir Islandia la independencia de Dinamarca. No resulta extraño, por tanto, que para levantar este edificio sirviera de inspiración la obra de un arquitecto danés, de modo que, a pesar de que se comenzara a edificar 20 años después, las conexiones resultan más o menos claras. Hay que matizar, no obstante, que este ambicioso proyecto no sería terminado en su totalidad hasta 1986. Aún así, el aspecto es bastante unitario, y todo parace indicar que se siguieron con relativa fidelidad las trazas del proyecto original de su autor, fallecido tan sólo dos años después de comenzarse los trabajos en el centro de la capital islandesa. De planta de salón y una única nave, la iglesia viene a ser una adaptación contemporánea de los templos germánicos y nórdicos de la Baja Edad Media. Una interpretación de la hallenkirchen alemana en la que sobresale una fachada sumamente original de la que su torre es absoluta e indiscutible protagonista con sus 75 metros de altitud, siendo el edificio más alto del país y una seña de identidad de la ciudad, sobre la que planea orgullosa, destacándose sobre un caserío de poca altura, y siendo visible prácticamente desde cualquier punto de Reykjavik.

Aunque más de la mitad de la población islandesa se asiente en la capital, encontramos otro núcleo urbano de relativa importancia en el norte de la isla. Nos referimos a Akureyri, ciudad en la que Samúelsson construyó su iglesia mayor, la llamada Akureyrarkirkja. Terminada en 1940, es por tanto anterior al edificio antes analizado, y en ella acusamos más influencias de la arquitectura internacional. Por ello observamos un diseño más racionalista, pero en todo caso estamos igualmente ante un edificio singular y sorprendente.
Podríamos destacar más trabajos de este interesante aunque poco conocido arquitecto, algunos de ellos dentro de la arquitectura civil, pero hemos preferido destacar sus obras religiosas, por constituir ejemplos insólitos en su época. Para terminar, citaremos la Landakotskirkja, la catedral católica de Reykjavik, Mucho más conservadora en sus planteamientos, la obra es anterior a las dos anteriormente citadas. Concretamente se trata de un templo terminado en 1929, y obedece a una estética claramente neogótica, lo cual nos hace ver la influencia medieval antes anotada, tan presente en Europa Septentrional en todas las épocas.

LinkWithin

Related Posts with Thumbnails