martes, 15 de abril de 2008

Toledo desde El Greco




Toledo puede ser, muy probablemente, una de las ciudades más evocadoras y mágicas de toda la Península Ibérica. Se han escrito miles de páginas acerca de la convivencia que allí se dio entre judíos, cristianos y musulmanes duarnte los siglos de la Plena y Baja Edad Media. A lo largo de la historia, ha sido una ciudad con una importancia cultural y artística bastante notable. Baste dar un sólo paseo por sus estrechas y recoletas calles para darse cuenta de ello.

A veces, sucede que un artista alcanza una sintonía tal con una ciudad, que dicho pintor no se entiende sin su ciudad, o ésta sin su pintor. Aunque Doménikos Theotokópoulos (1541-1614) nació en Creta, muy lejos por tanto de Toledo, estuvo establecido en esta ciudad desde el año 1577, y allí desarrolló gran parte de su producción artística. Antes, había pasado por Italia, donde había aprendido de las formas de Miguel Ángel, el gran genio del Renacimiento que, partiendo de formas clásicas heredadas del mundo grecolatino, supo reinterpretarlas para dar paso a lo que en la historiografía artística ha sido denominado comúnmente con el nombre de Manierismo, y que tiene en la alteración de los valores clásicos una de sus notas más características. De entre esas alteraciones, quizás sea la referida al canon y al alargamiento de las figuras una de las más evidentes. En el caso de El Greco, viene a ser como una marca de fábrica, un sello inconfundible, definitorio y definitivo, de su quehacer pictórico. Tanto es así que en alguna ocasión se fantaseó con la posibilidad de que éste tuviera problemas de visión, lo cual ha sido desmentido posteriormente.

En esta alucinante visión de Toledo no se aprecia, sin emabrgo, figura humana alguna. El amaneramiento se produce por tanto en el mismo paisaje. La exaltación de las expresiones propias del autor cretense, que hicieron de él un pintor muy admirado por los expresionistas del siglo XX, se manifiestan aquí a través de los edificios grisáceos, del exultante verde de la vegetación y de los amenazantes nubarrones.

Aquí un pintor que sigue siendo moderno.

4 comentarios:

Sarinsky dijo...

Hace poco me examiné del Renacimiento español y me entró una de las famosísimas obras de El Greco,"El entierro del conde de Orgaz".
Muy interesante este pintor,la verdad es que revolucionó la pintura española.
Fantástico post!!

Anónimo dijo...

Realmente buena pintura al oleo
(creo xD) me ha encantado mucho la pintura, aunque no me gusta mucho la historia JAJA

Fco Javier

Emilienko dijo...

Sin saber muy bien de lo que estoy hablando, te diré que El Greco me gusta mucho, aunque no sabría decirte bien por qué.

De lo que no tenía ni idea era de lo del pabellón de España, y tras haberlo leído, me ha sorprendido mucho.

Gonzalo González dijo...

Saaritaa, ahora que citas esa gran obra, recuerdo que este verano estuve viéndola en Toledo. Todo el mundo tendría que ir allí al menos una vez en su vida!

Muchas gracias por escribir, Francisco Javier. Visita el blog siempre que puedas, seguro que aprendes muchas cosas.

Emilienko, yo creo que lo mejor que nos puede pasar es que nos guste algo "sin saber por qué". Así disfrutamos de las cosas fuera de prejuicios. A mi El Greco me fascina desde pequeño, cuando no sabía ni lo que era el Arte.

Abrazos a los tres!

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