Cuando pensamos en el significado del término Barroco, se nos suelen venir a la cabeza imágenes recargadas, ampulosas, exultantes. Pero no siempre es así. Lo primero que debiéramos pensar es que, en el complejo siglo XVII europeo, hubo dos formas muy distintas de concebir las manifestaciones artísticas, porque tambień hubo dos realidades distintas, casi antagónicas, a nivel político, pero sobre todo social y religioso. De esta forma, mientras que los países fieles al Catolicismo, como Italia o España, desarrollaron una estética grandilocuente con una gran importancia de los temas religiosos, en los estados protestantes se generó un arte mucho más secularizado, en el que hubo cabida para todo tipo de temas, entre los cuales debemos destacar, por su trascendencia, aquellos en los que se muestra la vida cotidiana de la clase burguesa nacida y enriquecida al amparo del floreciente comercio de algunas zonas. El caso más singular es el de Holanda. Allí, la personalidad de Rembrandt brilló sobre las demás, pero no hay que olvidar a un grupo de pintores que desarrolló la llamada pintura de género, atendiendo a los encargos recibidos desde la burguesía.
Johannes Vermeer (1632-1675) es uno de esos pintores. Es posible que estemos ante uno de los pintores más delicados y poéticos de todo el siglo XVII europeo. Vermeer nos habla de las pequeñas cosas. En sus cuadros, generalmente de pequeño formato, no se aprecian grandes héroes, ni martirios de santos. Sólo se ve la realidad del día a día mientras entra la luz desde la ventana. Casi siempre son mujeres. Ellas leen o escriben cartas, se prueban un collar, vierten agua a un cántaro. No hay exceso, sino contención. Y a través de esa contención, a través de esa sencillez perfectamente calculada gracias a una técnica depuradísima y a un tratamiento de la luz pleno de sensibilidad, consigue llegar al espectador aún en la actualidad. Pintó pocos cuadros, apenas salió de su Delft natal. Hoy día su obra pictórica es admirada en todo el mundo. Incluso se ha filmado una hermosa película basada en uno de sus cuadros más conocidos: "La joven de la perla". Veamos el tráiler:
Aquí os dejo un buen enlace sobre Vermeer. Eso sí, está en inglés. Pulsa aquí
Johannes Vermeer (1632-1675) es uno de esos pintores. Es posible que estemos ante uno de los pintores más delicados y poéticos de todo el siglo XVII europeo. Vermeer nos habla de las pequeñas cosas. En sus cuadros, generalmente de pequeño formato, no se aprecian grandes héroes, ni martirios de santos. Sólo se ve la realidad del día a día mientras entra la luz desde la ventana. Casi siempre son mujeres. Ellas leen o escriben cartas, se prueban un collar, vierten agua a un cántaro. No hay exceso, sino contención. Y a través de esa contención, a través de esa sencillez perfectamente calculada gracias a una técnica depuradísima y a un tratamiento de la luz pleno de sensibilidad, consigue llegar al espectador aún en la actualidad. Pintó pocos cuadros, apenas salió de su Delft natal. Hoy día su obra pictórica es admirada en todo el mundo. Incluso se ha filmado una hermosa película basada en uno de sus cuadros más conocidos: "La joven de la perla". Veamos el tráiler:
Aquí os dejo un buen enlace sobre Vermeer. Eso sí, está en inglés. Pulsa aquí
2 comentarios:
Es un pintor que me deja sin palabras, el uso que hace de la luz y como muestra escenas cotidianas es fascinante. Todavía recuerdo la exposición que hubo en Madrid.
Curro
Hola Curro, y gracias por la visita y por tu comentario!
Realmente la exposición que hubo de Vermeer hace unos años en el Museo del Prado de Madrid fue fascinante.
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