Con el título de "Sorolla. Visión de España" se ha inaugurado este fin de semana en el Museo de Bellas Artes de Sevilla una exposición que va a estar recorriendo nuestro país durante más de un año. A Sevilla ha llegado desde Valencia, y luego visitará Málaga, Barcelona, Bilbao, Madrid y nuevamente Valencia, antes de volver a Nueva York. Esta muestra itinerante recoge los trabajos realizados por Joaquín Sorolla (1863-1923) para el encargo que recibió de la Hispanic Society of New York en el año de 1911. Esta institución, fundada por el millonario Hungtington, nacía con la misión de fomentar la lengua, literatura y arte de España y Portugal en los Estados Unidos. A tal efecto, se encargó al pintor levantino la realización de una serie de grandes lienzos que recogieran las principales tradiciones de la Península Ibérica. De esta forma, Sorolla comenzó a realizar la serie en 1912, y estuvo durante toda la década trabajando en este ambicioso proyecto. Aunque no se realizaron todas las escenas que en un principio se pensaron, la serie recrea los ambientes populares de las regiones españolas, estando muy presente Andalucía, y más concretamente Sevilla, a la que se dedican tres de ellas.
Sorolla era en esos momentos un pintor bastante reconocido. Se le considera, junto a Darío de Regoyos y Joaquín Mir, uno de los representantes del Impresionismo en España. Un impresionismo tardío, todo hay que decirlo, y sin algunas de las características que le dieron nombre en Francia. En cualquier caso, Sorolla nos da una visión sobre la luz hasta entonces insólita en el panorama de la pintura española.
La serie de obras que se muestran en esta gran exposición, que abarca los 14 trabajos realizados sobre las regiones españolas, nos ofrece algunas de las constantes de su autor, si bien en este caso, y por los motivos del encargo, se incide en los aspectos más tradicionales de las costumbres del país. Todo ello abordado con la sensibilidad a la que nos tiene acostumbrados. La imagen de arriba, "Los nazarenos", es una de las dedicadas a Sevilla. Recoge un momento de la Semana Santa hispalense, y tiene el acierto de captar el carácter teatral y escenográfico de la fiesta. Así, sitúa la escena en una estrecha calle sevillana con la Giralda como telón de fondo. Ante el espectador avanza el antiguo paso de palio de la Virgen del Rosario, precedido de un grupo de nazarenos de la Hermandad de la Carretería, entre los que se sitúa un penitente de la Hermandad de Montesión cargado con una cruz. A la procesión asisten tipos populares, entre los que no faltan mujeres ataviadas con mantilla y hombres cubiertos con sombrero. Parece que el pintor ha elegido los motivos de tal forma que pueda recomponer una estampa idealizada de la fiesta, pero no por ello falta a la realidad, pues la escena es de sobra consistente, y convicente, y además logra una armonía cromática verdaderamente admirable, como es común en su obra.
Creo que esta muestra es motivo más que suficiente para volver a redescubrir a este gran pintor.
Si quieres saber un poquito más sobre esta muestra, pincha aquí
Web del Museo Sorolla de Madrid: Pincha aquí
2 comentarios:
En ese caso... ¿puedo pedir El perro semihundido?
Ohhhh... esa ya está comentada. Fíjate, es la segunda de todo el blog. Una de mis obras preferidas de toda la Historia del Arte. Goya es mi debilidad.
Saludos!
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