domingo, 28 de septiembre de 2008

Comentamos una obra escultórica: David



Siguiendo con estos capítulos preliminares antes de introducirnos de lleno en la Historia del Arte Universal, hoy vamos a recordar cómo se comenta una obra escultórica. Hay que insistir nuevamente en el carácter abierto y flexible que estos análisis deben tener. Aún así, veamos cómo podría comentarse esta obra archiconocida, mil veces fotografiada y reproducida.

Estamos ante una obra escultórica de bulto redondo. Ejecutada con gran maestría en mármol de Carrara, la elección de este material hace posible un aspecto sólido y compacto, logrado gracias a las grandes dotes artísticas y técnicas del autor, que supo extraer la materia para luego pulirla, dejando algunas zonas con un aspecto más inacabado, con fines básicamente estéticos. Ante nosotros se nos presenta un capítulo bíblico en el que sin embargo interesa más el personaje que la narración de unos hechos concretos. En cualqier caso, la imagen corresponde al judío David justo antes de emprender su ataque contra el filisteo Goliat. Este tema, que había sido ya representado en alguna que otra ocasión, le vale al artista, como decimos, para mostrarnos la fuerza del personaje. No se trata, sin embargo, de una fuerza física, sino que intenta dejar constancia de la inteligencia del personaje. Así, uno de los grandes aciertos de esta escultura reside en la capacidad que tuvo su autor para reflejar la tensión interna y la fuerte carga psicológca de David, algo que consigue gracias a la mirada ardiente, y, sobre todo, a la forma en que ha sido abordada la musculatura, algo especialmente visible en las manos. El conjuto de la obra transmite, pues, ese instante previo al gran desenlace, y es por ello que el personaje muestra a través de sus gestos toda su fuerza interior. Partiendo de un clara influencia de los modelos clásicos grecolatinos, el artista hace referencia a recursos como el contraposto, adelantando una de las piernas en una leve torsión, pero rehúye en todo momento de una representación sosegada y fría, para mostrarnos a un David que gira la cabeza en mirada expectante, haciendo que el conjunto no resulte estático en ningún momento. Antes al contrario, parece estar lleno de vida. En cualquier caso, el interés por captar los detalles anatómicos del cuerpo humano son más que evidentes. Es por ello que la obra está perfetamente pulida, salvo en el cabello, en donde el trabajo está simplemente esbozado.

Dado que la escultura bebe de las fuentes clásicas sin que ello signifique una copia de los modelos de la Antigüedad, podemos situarla entre las realizaiones más logradas del Renacimiento Italiano y la recuperación de esos valores estéticos propios de la civilización grecolatina. Por su perfección técnica debemos adscribirla al siglo XVI, o Cinquecento Italiano, época en la que empiezan a florecer artistas de inconmensurable valía como son Leonardo, Rafael o Miguel Ángel, quien firmó este David en 1501 en la ciudad de Florencia. Cabe decir que nos encontranmos ante un artista total que cultivó tanto la arquitectura como la escultura y la pintura, si bien destacó especialmente en esta última disciplina, especialmente por su prodigioso dominio del mármol y sus posibilidades expresivas. Formado en Florencia, y tras haber realizado la famosa Piedad del Vaticano, tuvo con este David la oportunidad definitiva para alcazar todo el prestigio necesario para poder instalarse en Roma, donde estuvo a las órdenes de los pontífices de su tiempo. Partiendo de esa gran influenia clásica, Miguel Ángel supo dar su propia vidsión y no sólo perfeccionar esos modelos, sino hacerlos evolucionar, darles expresión y movimiento, hasta desembocar en unas obras apasionadas, llenas de terribilitá, que, alejándose de los planteamientos originales, dieron paso a lo que comúnmente se ha dado en llamar como Manierismo, auténtica antesala de los conceptos anticlásicos que darán forma, en los últimos años del siglo, al Barroco.

6 comentarios:

Marisa García dijo...

Enhorabuena de nuevo Gonzalo por la labor que desempeñas con tu blog. Aún recuerdo los comienzos del mismo ... hace tan poco y a la vez tanto tiempo ...

Y como le comentas a Remes, nuestros blogs están y estarán siempre unidos. ¡Cómo os echo de menos! El centro no es lo mismo sin vosotros.

Remedios Escobar dijo...

Este año me apunto a tus clases Gonzalo, a través del blog, claro está; Marisa, ¿te apuntas?

Besos a ambos

Marisa García dijo...

Sí, Remes, me apunto también. Tendremos tutorías on-line con Gonzalo. Así estaremos más en contacto.

Besos.

mangeles dijo...

Perdón por mi ignorancia...un obra escultórica del bulto redondeado??..¿ eso hace referencia a la forma de la piedra..del marmol? Me encanta el David...es majestuoso...no necesita nada, ni armas, ni ropaje, ni adornos...nada...para ser la criatura más inteligente de la creación...el hombre( y la mujer claro, es una forma de hablar, digamos el SEr humano.

Besos

Gonzalo González dijo...

Gracias Marisa y Remes por vuestras palabras... espero y deseo fervientemente que os apuntéis a las clases... qué mejores alumnas que vosotras! Besos, compis!

Mangeles, no es bulto redondeado, sino bulto redondo. Hace referencia a que la escultura es tridimensional, y la diferencia, por tanto, de un relieve, que tan sólo reproduce dos dimensiones. Saludos y gracias por el interés!

mangeles dijo...

Gracias profe. Ya no se me olvida...bulto redondo...figura tridimensional y no relieve...genial

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