sábado, 24 de julio de 2010

Banksy, jugando con el entorno


Hoy vamos a hablar de un artista misterioso. Sólo sabemos su apodo. Desconocemos su nombre real, su aspecto, e incluso su año de nacimiento. Bansky es únicamente el pseudónimo utilizado por un graffitero británico cuya popularidad ha sido tal que incluso se han realizado exposiciones y retrospectivas sobre su obra. Se cree que nació en 1974, pero pese a ser un artista joven y contemporáneo, poco o nada conocemos sobre su vida. Sí sobre su obra, contestataria y rebelde, fijada en los muros de ciudades como Londres o Bristol, de donde se supone que es originario. Su actividad creativa comienza a finales de los 80 y principios de los 90 del siglo XX, época en la que el mundo del graffiti está en continua efervescencia, especialmente en los países de la órbita occidental.

Aunque en los últimos años comienza a cambiar la tendencia, es evidente que el arte urbano no ha gozado de un verdadero reconocimiento por parte de los especialistas en arte. Pero lo cierto es que artistas hoy muy cotizados fueron claros exponentes de esta manifestación cultural, muchas veces denostada por las admistraciones públicas, que veían, y aún hoy siguen viendo, lamentablemnete en muchos casos, actos de vandalismo más que expresiones de la cultura popular. Nombres como Haring (al que dedicamos una entrada en este blog), Basquiat o el artista que hoy nos trae hasta aquí son ejemplos de creadores especialmente dotados que no deberían pasar nunca desapercibidos, y pasar a las páginas de la historia del arte de nuestro tiempo. Quizás más que otros que ya están, y que pocos entienden. Al fin y al cabo, el Arte viene a ser un documento de su tiempo.

Bansky es un artista especialmente interesante, no sólo por su acertada gama cromática, no sólo por su elegente sentido de la composición. Ni siquiera por su temática, popular y social a un mismo tiempo, desenfadada y ácida a la vez. De él destacamos por encima de cualquier virtud su capacidad para interactuar con el entorno. Sus actuaciones no son invasivas, sino que logran integrarse en el muro de tal forma que parecen haber sido concebidas para estar ahí, constituyendo, en algunos casos, auténticos trampantojos, como el que vemos en la imagen de arriba, en la que una asistenta doméstica parece descubrir al espectador la verdadera naturaleza que tiene ante sus ojos.

Para entender mejor la obra de este sensacional y enigmático artista, veamos otros ejemplos:

Comenzamos con esta especie de homenaje a los primeros graffitis de la Humanidad, las pinturas rupestres del arte paleolítico. El artista nos plantea con fina ironía la posibilidad de que éstas se hubieran perdido de haber existido en aquella época organismos encargados de su eliminación, tal y como ocurre hoy día a muchos artistas callejeros.

En esta otra, un operario municipal parece haber continuado pintando la doble línea continua de prohibición de aparcar para crear, con ese doble trazo, una gigantesca flor.

Aprovechando la existencia de un macetero junto a una pared, Bansky sugiere en esta creación la sencilla historia de un gato y una niña, utilizando tan sólo el color negro.

Sirviéndose también del entorno, en esta otra imagen nos muestra la aparición de un esqueleto remando en una pequeña barcaza.

En este otro caso, se trata de un trampantojo de un cajero automático que intenta devorar a una niña, haciendo una ácida crítica al capitalismo más salvaje.

Esta curiosa instantánea nos viene a decir que incluso las fuerzas de seguridad son susceptibles de cometer algún altercado público, haciendo quizás alusión a su situación de artista no comprendido por las autoridades públicas.

Aquí, una chica salta a la comba, cuya cuerda se extiende también por el suelo.

En este otro caso, aprovecha un hueco en la pared para colocar a un pequeño rapero al que no le falta ni la radio ni la cadena de oro.

Incluso juega con obras de otros graffiteros para crear obras nuevas en als que no falta el sentido del humor y, como siempre, la ironía.

Muchos, muchos más ejemplos podríamos poner. Pero para no ponernos pesados, dejamos por aquí estos, y animamos a todos a que descubran el resto.

3 comentarios:

mangeles dijo...

¡Que genial¡...Había visto algunas de sus obras, pero no sabía que eran del mismo, y que era un grafitero, y nada de lo que nos cuentas en este post. Es genial...y me encanta la forma de pintar de BANSKY y lo que pinta...

Besos Gonzalo

Gonzalo González dijo...

Es una pasada, verdad? Saludos, Mangeles!

Jose Ramon Santana Vazquez dijo...

...traigo
sangre
de
la
tarde
herida
en
la
mano
y
una
vela
de
mi
corazón
para
invitarte
y
darte
este
alma
que
viene
para
compartir
contigo
tu
bello
blog
con
un
ramillete
de
oro
y
claveles
dentro...


desde mis
HORAS ROTAS
Y AULA DE PAZ


TE SIGO TU BLOG




CON saludos de la luna al
reflejarse en el mar de la
poesía...


AFECTUOSAMENTE
GONZALO

ESPERO SEAN DE VUESTRO AGRADO EL POST POETIZADO DEL FANTASMA DE LA OPERA, BLADE RUUNER Y CHOCOLATE.

José
Ramón...

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