Durante el período en el que los almohades dominaron Al-Ándalus, se levantaron interesantes construcciones, especialmente en Andalucía Occidental, y muy concretamente en el entorno de la actual ciudad de Sevilla, que por aquel entonces ejerció como capital de dicho imperio. Baste recordar que, en el siglo XII, se llevó a cabo la construcción de la Mezquita Aljama de la ciudad para sustituir a la primitiva Mezquita de Ibn Adabbas, que se había quedado pequeña, y sobre la que se levantó con posterioridad la Iglesia Colegial del Salvador. Si en el caso de este pequeño oratorio, los restos arqueológicos son reducidos, lo que nos ha llegado de la mezquita almohade resulta más que interesante, como nos muestran los restos del sahn y, sobre todo, el alminar, la archiconocida Giralda, concluida en 1198 y hoy integrada en la catedral hispalense.
La importancia de esta zona el el siglo XII se atestigua no sólo en lo tocante a los restos monumentales emplazados en la capital, sino también en la toponimia de lo que hoy es área metropolitana de la ciudad andaluza, lo que nos habla de una zona cercana relativamente poblada. Nos estamos refiriendo al Aljarafe, cuyos habitantes ya se dedicarían, desde entonces, al cultivo del olivar. Podemos citar los nombres de Aznalfarache, Mairena, Almensilla o Aznalcázar para dar cuenta de lo que decimos. Pero hoy vamos a detenernos en la localidad de Bollullos de la Mitación.
Desde un punto de vista etimológico, Bollullos viene, como los pueblos citados anteriormente, del árabe, de tal forma que Bul-lul significaría fortín. A unos cinco kilómetros del actual núcleo urbano se encuentra una curiosa ermita que cobija a la patrona de la localidad, y que recibe el nombre del lugar en el que se emplaza, un despobaldo que en su momento debió tener cierta población, y cuyo nombre alude, en cualquier caso, a esto que decimos, por más que no fueran muchos sus habitantes (Cuatrovitas vendría a ser una contracción de Cuatro habitan). El hecho de que nos encontremos en un lugar bastante aislado de los asientamentos humanos circundantes, así como su poca accesibilidad, pueden explicar el buen estado de conservación que presenta este edificio, si bien hay que precisar que ha sido intervenido, de tal forma que su aspecto actual no es el primitivo. Así, si se concibió como pequeña mezquita, hoy día es, como decimos, la ermita de la patrona. Para adaptar un edificio musulmán al culto cristiano tuvieron que realizarse algunas reformas, como ocurriera igualmente en otros casos en los que se decidió, como aquí, no derribar la construcción preexistente. Lo primero que cambió, lógicamente, fue la orientación. Por este motivo, se procedió a la supresión del nicho del mihrab, para situar en dicho lugar la entrada al edificio. También tuvo que haber cambios en la estructura de las arcadas interiores, que si bien hoy se nos muestran enmarcadas en alfices, responden a una tipología de medio punto, y no de herradura, como cabría esperar. En cualquier caso, lo verdaderamente relevante de esta construcción es el alminar, exento del resto del edificio, y que nos muestra a pequeña escala las características estructurales y decorativas propias del arte almohade y que alcanzan su máxima expresión en la mezquita sevillana, como ya anotamos antes. Realizado en ladrillo, presenta un acceso a base de un arco de herradura. De planta cuadrada y escasa altura, desarrolla en sus cuatro caras buena parte del muestrario decorativo almohade, lo que vemos en las saeteras y en los arcos polilobulados geminados. En su parte superior, queda coronado por un sencillo antepecho que le aleja de las construcciones mudéjares que se levantaron desde mediados del siglo XIII en la zona y que suelen apostar por una terraza de almenas y merlones. Este hecho y otros sitúa a esta obra no en la órbita del mudéjar, sino del arte islámico.
Una pequeña joya del siglo XII en el Aljarafe sevillano.
La importancia de esta zona el el siglo XII se atestigua no sólo en lo tocante a los restos monumentales emplazados en la capital, sino también en la toponimia de lo que hoy es área metropolitana de la ciudad andaluza, lo que nos habla de una zona cercana relativamente poblada. Nos estamos refiriendo al Aljarafe, cuyos habitantes ya se dedicarían, desde entonces, al cultivo del olivar. Podemos citar los nombres de Aznalfarache, Mairena, Almensilla o Aznalcázar para dar cuenta de lo que decimos. Pero hoy vamos a detenernos en la localidad de Bollullos de la Mitación.
Desde un punto de vista etimológico, Bollullos viene, como los pueblos citados anteriormente, del árabe, de tal forma que Bul-lul significaría fortín. A unos cinco kilómetros del actual núcleo urbano se encuentra una curiosa ermita que cobija a la patrona de la localidad, y que recibe el nombre del lugar en el que se emplaza, un despobaldo que en su momento debió tener cierta población, y cuyo nombre alude, en cualquier caso, a esto que decimos, por más que no fueran muchos sus habitantes (Cuatrovitas vendría a ser una contracción de Cuatro habitan). El hecho de que nos encontremos en un lugar bastante aislado de los asientamentos humanos circundantes, así como su poca accesibilidad, pueden explicar el buen estado de conservación que presenta este edificio, si bien hay que precisar que ha sido intervenido, de tal forma que su aspecto actual no es el primitivo. Así, si se concibió como pequeña mezquita, hoy día es, como decimos, la ermita de la patrona. Para adaptar un edificio musulmán al culto cristiano tuvieron que realizarse algunas reformas, como ocurriera igualmente en otros casos en los que se decidió, como aquí, no derribar la construcción preexistente. Lo primero que cambió, lógicamente, fue la orientación. Por este motivo, se procedió a la supresión del nicho del mihrab, para situar en dicho lugar la entrada al edificio. También tuvo que haber cambios en la estructura de las arcadas interiores, que si bien hoy se nos muestran enmarcadas en alfices, responden a una tipología de medio punto, y no de herradura, como cabría esperar. En cualquier caso, lo verdaderamente relevante de esta construcción es el alminar, exento del resto del edificio, y que nos muestra a pequeña escala las características estructurales y decorativas propias del arte almohade y que alcanzan su máxima expresión en la mezquita sevillana, como ya anotamos antes. Realizado en ladrillo, presenta un acceso a base de un arco de herradura. De planta cuadrada y escasa altura, desarrolla en sus cuatro caras buena parte del muestrario decorativo almohade, lo que vemos en las saeteras y en los arcos polilobulados geminados. En su parte superior, queda coronado por un sencillo antepecho que le aleja de las construcciones mudéjares que se levantaron desde mediados del siglo XIII en la zona y que suelen apostar por una terraza de almenas y merlones. Este hecho y otros sitúa a esta obra no en la órbita del mudéjar, sino del arte islámico.
Una pequeña joya del siglo XII en el Aljarafe sevillano.
2 comentarios:
Me ha gustado lo que explicas sobre la Ermita de Cuatrovitas, importante vestigio de los almohades y que han sabido conservar y transformar, permitiendo que se pueda apreciar la esencia de su Arte. Saludos afectuosos.
La verdad es que este edificio tiene mucho un encanto. Menosmal que se ha conservado. Saludos!
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