A lo largo de este fin de semana, se están celebrando en los más variopintos lugares diversas fiestas de Halloween, a modo de versión tétrica de los Carnavales. Una fiesta que, si bien no es autóctona de muchos de los lugares en los que se celebra, es a veces realizada por pura diversión, y en ella, el componente comercial es bastante acusado. Cosas de la globalización.
Hace más de una década, el director de cine e ilustrador norteamericano Tim Burton dio alas, probablemente sin pretenderlo, a una festividad de tradición anglosajona. Esto ocurría en 1993, cuando el realizador de títulos tan conocidos como Beetlejuice o Eduardo Manostijeras se decidió a rodar un largometraje de animación. Nos estamos refiriendo a Pesadilla antes de Navidad, un cuento infantil y adulto a la vez que aborda precisamente el tema que hoy nos trae hasta aquí. Su argumento plantea una historia inverosímil y llena de fantasía, en la que Jack Skellington, el rey calabaza, intenta apropiarse de la fiesta de la Navidad, de forma que involucra a todos los habitantes del país de Halloween para organizarla, estando a punto de destruirla debido al origen antagónico que ambas fiestan representan. La historia parece así querer plantear, en cierto modo, la progresiva popularización de unos festejos que parecen celebrar la muerte y el encuentro con los espíritus, en detrimento de otras fiestas. Al parecer, la idea surgió al observar en una tienda el propio Tim Burton cómo retiraban los adornos de Halloween para colocar los de Navidad. La estética del film es la habitual en el autor, con personajes desproporcionados (ya por altos, bajos, gruesos o extremedamente delgados). Halloween le sirve además de pretexto para desarrollar ampliamente un inusitado abanico de personajes fantasmagóricos, que sólo pueden salir de una mente de imaginación privilegiada y espíritu infantil.
El universo estético e iconográfico de Tim Burton merece ser visitado continuamente, y tiene perfectamente cabida en un blog dedicado a la Historia del Arte, no sólo porque el Cine sea un arte en sí mismo (aunque aquí hayamos decidido no abordarlo), sino porque el imaginario de personajes, escenarios e historias planteadas conforman ya un sello de identidad perfectamente reconocible, lleno de calidad creativa, y porque para mucha gente representa, con toda justicia, un director de culto que no se limita únicamente al mero hecho de filmar historias más o menos interesantes.
Pueden recordar aquí un poco de su biografía y filmografía.
Y para los que no lo conozcan, no puedo pasar la oportunidad de recomendarles un fantástico libro de cuentos narrados en verso, escrito e ilustrado por el propio Tim Burton: La melancólica muerte de Chico Ostra. Pueden leerlo online en este enlace, pero sólo alcanza su verdadero encanto si se tiene entre las manos.
Y para terminar, un vídeo extraído de Pesadilla antes de Navidad. Uno de los mejores momentos, acompañado de la música compuesta por Danny Elfman:
2 comentarios:
¡Hola Gonzalo!
Me ha encantado el vídeo que has puesto, sobre la película de Tim Burton, es fantástico, por sus dibujos, por las sombras, el movimiento. Es cierto que es Arte, el "séptimo Arte" que como tú bien dices tenemos un poco olvidado en los blogs.
Gracias por tu comentario en mi blog, yo creo que los animalillos están vivos, pero como es una pintura, no lo puedo asegurar, tendría que saber más del pintor. Saludos afectuosos.
Cierto. Lo que pasa es como me pusiera hablar de cine... además, de técnica cinematográfica no estoy muy puesto, por más que me guste ver mucho Cine. Saludos!
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