Las vicisitudes históricas de determinados momentos han motivado que sus arquitectos sean, a veces, más reconstructores que constructores. Dicho de otro modo: La destrucción a la que había sido sometido el patrimonio de una zona, por causas naturales o provocadas, hacía que los arquitectos del momentos tuvieran que dedicarse en gran medida a la tarea de reconstruir aquello que estaba en un estado ruinoso y valía la pena recuperar.
Hoy vamos a centrarnos en el caso del arquitecto sevillano Pedro de Silva (1715-1781), nombrado Maestro Mayor del Arzobispado de Sevilla en 1756, tan sólo un año después desde que se produjera el famoso terremoto de Lisboa, que no sólo se contó con numerosas víctimas en la parte suroccidental de la Península, sino que también se llevó por delante numerosos edificios. El caso de Lisboa y la reconstrucción que se hizo de la ciudad tras la catástrofe es muy conocido. Sin embargo, hoy vamos a acercarnos a la labor constructiva que hubo de llevarse a cabo durante la segunda mitad del siglo XVIII en Andalucía Occidental, en donde la labor del arquitecto que hemos citado fue crucial en la reconstrucción de templos y, especialmente, torres, que habían quedado maltrechas debido a su mayor altura.
En este sentido, si la labor de un arquitecto diocesano puede generar una serie de iglesias con un estilo propio, este hecho se ve acentuado en este caso debido a la incesante tarea que Pedro de Silva tuvo que llevar a cabo para reconstruir la gran cantidad de edificios onubenses, sevillanos y gaditanos que necesitaban una intervención más o menos urgente. Así, su labor es más visible en los exteriores de los templos, en los que plantea interesantes portadas tardobarrocas, pero sobre todo en las torres,de planta cuadrada y con esbeltos campanarios coronados, generalmente, por un chapitel piramidal revestido de azulejos.
Contamos con ejemplos notables en Sevilla, como la Iglesia de San Roque, Iglesia de Santiago de Écija o Iglesia de San Juan Bautista en Las Cabezas de San Juan. También en Cádiz, donde podríamos destacar su labor en la reconstrucción de edificios como la Iglesia de San Pedro de Arcos de la Frontera.
Pero es en la actual provincia de Huelva donde mayor número de obras encontramos de su autoría, y donde es más fácil reconocer sus constantes estilísticas, antes comentadas. Casi en todos estos casos se trata, como decimos, de obras de reconstrucción. Tales son los casos, en la capital, de la Iglesia de San Pedro y de la Iglesia de la Purísima Concepción. En la provincia, son muchos los ejemplares donde intervino. A modo panorámico, destacaremos las siguientes: Iglesia de la Granada de Moguer, Iglesia de San Miguel de Jabugo, Iglesia de la Concepción de Zufre, Iglesia de San Juan Bautista de La Palma del Condado, Iglesia de San Vicente de Lucena del Puerto, entre otras. A todas ellas habría que sumar, además, otras construcciones levantadas o modificadas tras 1755, y en las que trabajaron otros arquitectos como Ambrosio de Figueroa o Fernando Rosales, que siguieron, en mayor o menor medida, los mismos esquemas, muchas veces bajo la supervisión de Pedro de Silva.
En la imagen, una de las obras más conocidas en las que intervino nuestro arquitecto: La Iglesia de San Pedro de Huelva, uno de los edificios que más influyó en el modelo parroquial de la zona durante la segunda mitad del siglo XVIII.
4 comentarios:
Me impresionan estos conocimientos de los aspectos menos conocidos del Arte, que tienen mucha importancia, es una erudición sensible y útil, que saca lo mejor de nuestro patrimonio.
El terremoto de Lisboa fue el famoso que sale en el Cándido de Voltaire. Fíjate cuánto daño hizo también por aquí...no me lo esperaba.
Me gustan estas iglesias por su sencillez, aunque pertenezcan al barroco, esos campanarios puntiagudos y con azulejos y el color unas veces blanco y otras ocre o amarronado de sus paredes. Pude ver hace años la de Arcos de la Frontera y creo recordar alguna de las de Sevilla. Gracias por este post tan didáctico y artístico. Me gusta la reconstrucción, que no la "deconstrucción" como le llaman de un tiempo a esta parte al derribo de edificios. Esto de los eufemismos es una hipocresía del lenguaje. Saludos afectuosos.
Muy interesante esta entrada. Tambien me gusto mucho la de las mujeres de Rosseti. Hace tiempo que sigo este blog. Ahora yo me he decidido a publicar uno para mis alumnos de Dos Hermanas y quería invitarte a que lo conocieras. La dirección es http://artetorreherberos.blogspot.com/ y mi correo es pacohidalgo63@gmail.com. Recibe un fuerte abrazo. Paco
Gracias, Luz, por tu comentario. No sé por qué pero me da que nos debemos una rutita artística. A ver qué podemos concertar para el segundo o tercer trimestre...
Gracias Clariana por tu aportación. Personalmente me gusta mucho el barroco de carácter más popular.
Paco Hidalgo, gracias por la visita y felicidades por ese blog tan magnífico que has realizado. Espero que podamos vernos bastante por aquí. Un saludo!
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