De sobra es conocida la transformación que supuso para Bilbao la construcción del Museo Guggenheim. En los mismos años, se edificaba en otra ciudad vasca otro edificio de estética rompedora que no trascendió tanto pero que igualmente supuso un revulsivo estético y paisajístico en una ciudad acostumbrada a una arquitectura clasicista de corte francés. En el año de 1999, se daba por finalizada la construcción del Auditorio y Palacio de Congresos Kursaal de San Sebastián. Uno de los arquitectos españoles más reconocidos a nivel internacional, como es el navarro Rafael Moneo (nacido en 1937), firmó una obra que, si bien causó cierto revuelo entre los donostiarras más tradicionales, hoy día es una de las señas de identidad de esta hermosa ciudad, y establece un diálogo perfectamente respetuoso con el entorno natural, entre la playa de la Zurriola y la desembocadura del Río Urumea.
El edificio se compone de dos cubos prismáticos de desigual tamaño y forma. Concebidos de forma austera, evitan sin embargo la monotonía para convertirse en elementos atractivos entre el azul y el verde del paisaje circundante. Uno de los puntos fuertes de esta singular obra es la iluminación nocturna, que aunque habitualmente es de un blanco amarillento, ha servido para "disfrazarlo" en función de efemérides o acontecimientos de relevancia, lo que ha servido para integrarlo más aún en la ciudad y convertirlo en un elemento vivo y cambiante.
Veamos algunos ejemplos:
El Kursaal durante el Festival de Cine de San Sebastián
El Kursaal el día del orgullo gay
El Kursaal convertido en regalo durante las navidades
El Kursaal con la bandera de la ciudad
El Kursaal covertido en anuncio de Volkswagen
El Kursaal con los colores de la Real Sociedad
El Kursaal durante el Carnaval
... o el Kursaal homenajeando al escultor Eduardo Chillida
Como vemos, una obra que está viva y en perpetua transformación. Un ejemplo de integración en el paisaje urbano y en la memoria colectiva de una ciudad.
4 comentarios:
¡Qué interesante! nunca lo había visto así jeje..me encanta...me quedo con el de CARNAVAL..con muchos colores...
GRacias por un post tan bonito. Un beso
Me parece muy original la idea de un edificio que puede ser decorado desde dentro, pero en la foto grande, me parece un crimen construir semejante cubo entre el paseo marítimo y la playa.
Es muy bonito, sí que se integra con la naturaleza que tiene alrededor y no es monótono porque sus aristas están inclinadas. Lo que no sé es como hacen para cambiarlo de color y dibujar cosas en él O_O
Por cierto soy Javi, un abrazo ;)
Gracias Mangeles por tu comentario.
Emilienko, por una parte te entiendo, pero por otra, la qruitectura siempre ha de estar viva y que el espectador reaccione puede ser incluso una buena señal.
Javi, qué de tiempo. Bueno, supongo que los cambios de color vienen motivados por la iluminación desde el interior. Saludos!
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